Leo muchas citas que hacen mención a la
educación en diferentes contextos de nuestra realidad local, pareciendo que la
palabra “educación” puede ser fragmentada para diferentes objetivos, usos y
aspiraciones políticas.
Como docente, como formadora convoco a todos a
pensar y a repensar sobre la educación y sobre los retos del proceso educativo
en nuestro querido país, en todos sus niveles y en este particular momento del
desarrollo de la humanidad.
Debemos, desde todos los ámbitos y desde cada
uno de ellos, entender y valorar a la misma, de una forma inteligente, sin miedo,
y de una vez y para siempre, potenciando nuestras fortalezas nacionales y
nuestros recursos humanos. Incrementar y fomentar este área desarrollando más y
mejor educación para todos nuestros ciudadanos. Una educación integral, moderna
y abierta a las exigencias de los nuevos tiempos. Una educación para el Siglo
XXI.
Debemos, revisar las políticas educativas
necesariamente e imperiosamente de forma que se puedan percibir de una forma más
clara los proyectos políticos, culturales y sociales, sobre los que se abogan.
Las desigualdades sociales y económicas
presentes, también se reflejan en la caducidad de cambios propuestos en materia
de educación y en los productos escolares como el desempeño, el financiamiento,
la productividad académica, el desarrollo de la profesión docente y las
políticas de desarrollo educativo.
Si se quiere construir una sociedad más
igualitaria y más justa, no basta con contar con políticas educativas
adecuadas, sino que es preciso articular políticas económicas y sociales que
garanticen la provisión de necesidades
básicas que constituyen el cimiento de la ciudadanía y la realización práctica
de los derechos sociales.
Tenemos años de obstrucciones, de paralizaciones
y de confusiones en esta materia pendiente, la de la educación. Hace años que
el país no avanza con la determinación y la fuerza que necesitamos. Hemos
perdido ideas y eficacias capaces de impulsar al país, reforzando y
consolidando transformaciones cualitativas e imprescindibles y sin las cuáles
no será posible una inserción inteligente y exitosa en las nuevas realidades de
este siglo.
Vuelvo a escribir: Todos sabemos que la
educación es el mejor instrumento de acción social que existe en toda sociedad.
Sólo por esta vía, invirtiendo en ella, haciendo de ella la más importante de
las políticas públicas será posible el progreso individual y colectivo para los
argentinos.
Prof. Nora B. Arana
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