"(...) El docente indudablemente nace, pero también
puede crearse y perfeccionarse. De esto, se puede hablar en sentido analítico y
en sentido filosófico días enteros. Pero, no es nuestra finalidad extendernos
en conocimientos abstractos que no conducen a nada constructivo sobre lo que es
y debe ser el docente, sino simplemente queremos señalar algunos de los
conocimientos que necesariamente debe poseer para ser más sabio en cada una de
las ocasiones en que deba intervenir. Por principio, el docente, no es solamente un captador de realidades,
y que desde ella elabora éxitos o fracasos educativos.
Quién proceda con un criterio más o menos
formal para cristalizar sistemas, para establecer métodos didácticos, para
crear recetas para enseñar, se equivoca. Como se equivocaron y se equivocan los teóricos de la
educación, que en la creencia de que por repetir teóricamente la mayor cantidad
de conceptos, evaluados con rigor académico, se educaba al alumno. Pero, del
mismo modo, se equivocaron y erran los que psicologizaron la educación, transformando
el aula en un “cuasi-gabinete psicológico” porque, en definitiva provocan mayor
confusión, ineficacia educativa, desprestigio social y profesional, intrusismos
oportunistas, definiciones poco precisas, problemas mal planteados, que
concluyen en el fracaso escolar, toda vez que, el docente se desgasta anímicamente
por aportar esfuerzos de todo tipo, que en definitiva, resultan inútiles. Tanto
el rigurosidad pedagógica, como el laxismo académico, conducen
inexorablemente al fracaso escolar (...)"
Prof. Susana Nonell
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