Quienes trabajamos en Educación sabemos que la percepción que los alumnos tengan del espacio arquitectónico de su escuela determina su comportamiento hacia el interior de la institución, y que el modo en que lo aprovechan depende también del ambiente de aprendizaje que propone la escuela.
A partir de los déficits evidenciables que estamos padeciendo como país, en cada provincia y en la mayoría de nuestras ciudades en esta materia en el área de Educación, es fundamental que se entienda, definitivamente, que el ambiente físico donde transcurren la enseñanza y el aprendizaje es importante, y debe ser considerado "un factor clave en el proceso educativo".
Si los poderes públicos contratan a los más prestigiosos arquitectos y gastan cantidades ingentes de dinero en diseñar parques, auditorios, espacios deportivos, túneles y otros lugares públicos, para hacer más agradable la vida de los ciudadanos, ¿Por qué no exigir que se haga lo mismo con estos otros espacios en los que esos ciudadanos se EDUCAN?
Pero si no somos capaces de aprovechar esos medios para ofrecer una enseñanza de auténtica calidad, de muy poco podremos enorgullecernos.
Las condiciones de un importante porcentaje de las instituciones educativas argentinas reflejan la urgente necesidad de una estrategia integrada para el mejoramiento de las infraestructuras escolares.
En este esfuerzo deben involucrarse todos sus actores, los Ministerios de Educación correspondientes, los fondos sociales, los municipios, las instituciones de apoyo a la educación, la comunidad escolar, las empresas y las fundaciones en el esquema de alianzas público-privadas.
Como vengo sosteniendo hace años: Haciendo de la Educación la primera y la más importante de las políticas públicas y privadas, nuestro país estará a la altura de las exigencias que nos imponen en el siglo XXI que estamos viviendo. Hagamos, por ello, de la Educación la agenda nacional. Ese es el camino. No hay ninguno otro. Solo por medio del camino de la Educación llegaremos a ser un país desarrollado y del primer mundo.
Prof. Nora B. Arana